martes, 28 de mayo de 2013

Poemas de amor

Pero te amo- Amado Nervo

Yo no sé nada de la vida,
Yo no sé nada del destino,
Yo no sé nada de la muerte;
¡Pero te amo!
Según la buena lógica, tú eres luz extinguida;
Mi devoción es loca, mi culto, desatino,
Y hay una insensatez infinita en quererte;
¡Pero te amo!




Pablo Neruda 

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros,
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.




LA LLUVIA-Jorge Borges

Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto

patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.





PAISAJE DE AMOR MUERTO- Alfonsina Storni
 

Ya te hundes, sol; mis aguas se coloran 
de llamaradas por morir; ya cae 
mi corazón desenhebrado, y trae, 
la noche, filos que en el viento lloran. 

Ya en opacas orillas se avizoran 
manadas negras; ya mi lengua atrae 
betún de muerte; y ya no se distrae 
de mí, la espina; y sombras me devoran. 

Pellejo muerto, el sol, se tumba al cabo 
Como un perro girando sobre el rabo, 
la tierra se echa a descansar, cansada. 

Mano huesosa apaga los luceros: 
Chirrían, pedregosos sus senderos, 
con la pupila negra y descarnada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario